
Buceo en mis recuerdos y siento que el mar me cubre de sospechas. Las palabras no dichas mueren antes de nacer y las intenciones naufragan en el océano de su ignorancia.
Anoche manejé hasta tarde por los mismos caminos de siempre y el paisaje suburbano de sus labios alteró la confusa fuente de mi calma.
Aletear, estar vivo y no mover. Respiro gracias al movimiento involuntario de mis músculos. Parpadeo. Escribo. Creo.
Pero eso no alcanza para saber que estoy vivo.
1 comentario:
Ognuno sta fermo sul cuor della terraz
traffitto da un raggio di sole
ed è subito sera
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Salvatore Quasimodo
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